EL TESORO ÉTNICO
MYANMAR
Asentado en un territorio de gran riqueza étnica y cultural, el aislamiento político y económico que ha vivido durante décadas ha permitido que la base de esa diversidad siga prácticamente intacta hoy en día, ajena en gran medida a los implacables efectos de la globalización.
Su híbrida radiografía es un mosaico en el que se detecta una mezcla centenaria de influencias chinas, indias, tailandesas y de los reinos de las diferentes dinastías de los pegu, los ava, los mon y otros pueblo creados a partir del siglo III a. C.
De todos ellos, el más importante fue el Reino de Pagán actual Bagán, capital de Myanmar y antigua Birmania, un heterogéneo país con más de ciento treinta y cinco grupos étnicos.
Myanmar, fue colonia británica hasta poco después de la Segunda Guerra Mundial, tras un período de gobierno semi socialista se sumió en la negra historia de dictaduras militares que trataron de gestionar la diversidad cultural y la plurinacionalidad que emergió bajo sus sables a base de cañonazos, torturas, represión y matanzas.
Pero aunque los daños son incontables y las secuelas muy graves, no consiguieron acabar con la vida y las culturas que se abrieron paso entre exóticos paisajes de selvas y montañas. Tras casi cincuenta años de dictaduras militares, en noviembre de 2015 se abrió un nuevo periodo para Myanmar cuando se presentó de una forma más amable ante el mundo. Si bien sigue habiendo conflictos étnicos abiertos, el viajero informado podrá degustar los sabores de una multiculturalidad especialmente suculenta.
Tanto hombres como mujeres bamar se aplican un maquillaje facial llamado thanaka. Su color amarillo se extrae de la corteza de un árbol parecido al sándalo, se reduce a polvo y se disuelve en agua para untarlo por el rostro y otras partes del cuerpo como elemento embellecedor. Manteniéndolos frescos, protegidos del sol y con un agradable aroma durante todo el día.
Más allá de Rangún, la cosmopolita e inmensa principal ciudad del país, se abre un universo muy diverso de culturas y etnias que coinciden en rasgos como la hospitalidad, la amabilidad y la sonrisa de su población. El más importante de todos los grupos étnicos es el bamar, representa casi el 70% de la población y dentro de él hay al menos nueve subgrupos. La cifra que aporta el gobierno habla de cuarenta millones de individuos de esta etnia viviendo dentro del país.
Pese a que frecuentemente se les llama birmanos, esta denominación es ambigua ya que hace referencia a cualquier ciudadano de Myanmar. Al margen de las tendencias del exterior, la mayoría de la población de esta etnia conserva el atuendo tradicional que consiste en un sarong llamado longji. El de los hombres recibe el nombre específico de paso mientras que el de las mujeres se conoce como htamain. Lo complementan con adornos de joyería, bufandas de seda, chaquetas y en ocasiones especiales los hombres utilizan una especie de turbante llamado gaungbaung.
La mayoría de los bamares son budistas aunque comparten este culto con la adoración de los nat, nombre con el que se conoce a los espíritus. Esta adoración incluye rituales relacionados con los treinta y siete nats designados por el antiguo rey Anawratha, aunque también se adora a otros espíritus menores. En los pueblos, numerosas viviendas tienen altares exteriores situados debajo de árboles, llamados nat ein, destinados a honrar a estos espíritus.
La gran mayoría de los quinientos mil monjes budistas que hay en Myanmar también son de etnia bamar. Socialmente se espera que todo varón adopte una residencia monástica temporal al menos dos veces en su vida. Por eso, casi todos los chicos menores de veinte años participan en el shinpyu la ceremonia de novicios. Las togas de color blanco señalan a los prenovicios, las de color rojo vivo se suelen ofrecer a los menores de veinte años y las de colores más oscuros suelen identificar a los mayores que ya están ordenados. Mientras que las mujeres, que viven la vida monástica, llevan togas rosas e igualmente se afeitan la cabeza.
En cuanto a su procedencia, se cree que los bamartien emigraron desde las estepas hasta lo que hoy es Mongolia y hace unos tres mil años se trasladaron hasta los valles regados por el Ayeyarwadi, principal río de Myanmar y uno de los más importantes ríos navegables de todo Asia. Reemplazando así a los mon y a los pyu, grupos étnicos que dominaban originariamente la región. El restante 30% de la población burmesa lo forman las minorías étnicas, de las cuales las autoridades sólo reconocen sesenta y siete. Su escaso peso histórico en la política del país, prueba flagrante de una descarada discriminación, ha sido y es todavía una de las principales razones de los muchos conflictos armados que manchan el devenir de un estado.
El idioma de los bamar es el birmano, la lengua oficial y más extendida del país, cuyo vocabulario está formado por palabras sino-tibetanas aunque muchos términos asociados al budismo, las artes y las ciencias derivan de lenguas indoeuropeas o del inglés que se introdujo en el siglo XVII, cuando empezaron los contactos comerciales con los británicos.
En el occidente del territorio se destacan los chin, con aproximadamente un millón y medio de habitantes, sobre los casi sesenta millones del total de la población. Debido a la influencia de los misioneros baptistas más de tres cuartas partes son cristianos, con una considerable minoría que profesa aún las religiones tribales tradicionales y el budismo theravada. Los chin, adscritos al grupo lingüístico tibeto birmano probablemente llegaron a Myanmar, en especial al valle de Chindwin, en el siglo IX o X desplazándose después hacia el oeste, donde se asentaron en lo que es el actual estado Chin, uno de las catorce divisiones del mapa político actual.
Otro de los grandes grupos minoritarios lo forman los kachín, se extienden por el estado del mismo nombre situado al norte en la frontera con China y han sido protagonistas de un histórico y atascado enfrentamiento bélico con las autoridades militares birmanas. Su brazo armado el KIA, Ejército Independentista Kachín, ha liderado varios intentos de agrupar bajo un frente común a otros dieciocho grupos étnicos armados que combaten al gobierno dentro del territorio birmano, sumando en total más de cien mil guerrilleros. Entre esos grupos se destacan también los karen representando el 7% de la población del país y, aunque han tenido también un estado con su nombre, se refugian en Tailandia, a causa de la guerra que su Ejército de Liberación Nacional el ELNK mantiene desde 1949 contra el gobierno birmano. Dentro de este grupo étnico hay varias subdivisiones con dos principales: karen blancos y rojos, abriéndose dentro de estos últimos múltiples grupos y subgrupos, como por ejemplo el de los padaung llamados también long neck, debido a los llamativos latones en espiral que lucen en el cuello sus “mujeres jirafa”.