AVENTURAS ARGENTINAS POR EL MUNDO
Entrevista a los Hermanos Weinbaum
Surfistas, auténticos y divertidos, Eugenio y Sebastián “Culini” Weinbaum son un tsunami de energía. Iconos del Turismo Aventura en nuestro país y cautivadores de un público que los sigue y respeta hace 30 años en la TV Argentina.
Culini: ¡ACCIÓN!
El 1er viaje : )
Culini: El primer viaje de mi vida fue a Brasil, tenía 13 años y fui con tres amigos, uno de 14, 15 y un hermano mayor de 18. No teníamos un mango pero sobraban ganas y dijimos bueno arranquemos. Como era menor necesitaba un permiso y mi mamá, Herminia, tuvo mucho que ver porque sin decir nada y a escondida de todos – nadie quería que viaje – hizo un permiso y me lo dió el día de mi cumpleaños. Años después le dije «que arriesgada que fuiste y que lindo… porque a partir de eso me gustó mucho viajar«, y ella me dijo: «vi que tenías ganas de ir a descubrir, de descubrir el mundo”.
Eugenio: Mi primer viaje también se lo debo a mamá, me mando a Bagdad a traficar armas… una familia re loca ja ja ja (broma).
El primer viaje que me marcó fue a Hawai, lo compré en cuotas con una tarjeta prestada del padre de un amigo. En ese momento Hawai era la meca para cualquier surfista, olas vírgenes, islas increíbles como hoy puede ser Indonesia. También menor de edad y aprendiendo a valerme por mis propios medios. Trabajé en un restaurante -estuve 8 meses ahí- a veces te vas por 10, 15 días pero cuando no tenes algo que te compromete a volver te lo tomas más tranquilo (obviamente el amor siempre está presente, más que somos una familia de 7 hermanos y es realmente lo que nos hilvana). Hoy cuando salimos extrañas a toda la familia, muchas veces viajamos a lugares donde no tenemos acceso a ningún tipo de comunicación y pensas «¿estarán bien?». Pero una vez que salís, el chip lo cambiás y pensas ¡see están bárbaros!.
¿En qué momento se dieron cuenta que querían dedicar sus días a explorar el mundo?
Culini: Esa necesidad de explorar el mundo nació un poco en ese primer viaje a Brasil, pero quizás nació antes… una vez que fuí a Miramar a competir. Me di cuenta que los surfistas van atrás de una buena ola, no tanto del lugar y las mejores olas están en lugares extraños, asique ahí nació un poco todo, salir en busca de olas. Cuando volví de ese primer viaje ya estaba programando el otro y el otro y el otro. Y todavía no paramos.
Eugenio: El ser humano de por sí es muy curioso e inquieto. En este momento todo es más accesible por Redes, Google Earth y un montón de posibilidades de recorrer el mundo virtualmente, pero de todos modos, la experiencia de viajar físicamente es irremplazable por una App. Desde que el ser humano nace ya tiene esa curiosidad, la nuestra es recorrer el planeta y tratar de hacer de un mundo que teóricamente es impresionantemente grande, algo más chico y cercano.
Cómo planifican un viaje, un destino.
Eugenio: Nos motivamos por la curiosidad, si no sale un lugar que no nos de curiosidad no vamos a hacerlo”¿ch te gustaría este lugar?” y como MDQ es el programa que hacemos como si fuésemos los televidentes, hacemos lo que nos gustaría ver. Ya sea en la India en Nepal, metiéndonos en los ríos sagrados como el Ganges o el río Bagmati. La posibilidad de aprender cosas. Además, nos creció el tercer ojo pero no el Hindú, sino el de la cámara. Tenemos la camarita que siempre llevamos con nosotros en cada aventura.
Un rincón escondido.
Eugenio: Hay muchísimos! el primero que se me viene a la mente es Truman -dentro del Volcán Batur en una de las islas de Indonesia, Bali- donde viven los “Aga Bali”, los primeros balineses, puros, sin ningún tipo de influencia de las islas. Dentro de ese cráter está el lago Batur y cuando lo recorres en bote, llegas a su comunidad. Algo que me sorprendió es que cuando se mueren los habitantes de este pequeño pueblo, los dejan a la intemperie, cara al cielo con su ropa, les colocan unas cañas de bambú que no los tapa mirando hacia el cielo, hacia sus dioses. Hay diferentes etapas de cómo lo hacen, por ejemplo: ponen 11 personas en el recinto y no puede haber más. Es decir que, cuando fallecen más personas se las traslada a una pila de huesos bajo un árbol de Sándalo, que sirve para purificar, es realmente impresionante el olor de las etapas hasta llegar al esqueleto, así como la utilización de esos huesos por los niños hasta para jugar a la pelota. Pero… es CULTURA, son las creencias y hay que ser muy respetuoso. Cada uno tiene razón y más teniendo en cuenta su entorno. Parece algo primitivo pero el primitivo en la selva de África es uno. Cada ciudad tiene sus creencias y nadie es quién para juzgar.
Culini: A mi me llamó la atención los Niños del Cable en Colombia, Guayabetal. Son unos chicos que viven en zona de montañas y entre las puntas de esas hay cables de acero, que los usaban para pasar madera y mercadería hace mucho tiempo. Hoy, es un sistema de camino popular. En una de las montañas está el colegio y en la otra viven. Los cables están a 1000 mts de altura y se tiran con poleas comunitarias, se sientan arriba del cordoncito y van al colegio de una punta a la otra. Muchas veces se matan. No son poleas profesionales y realmente nos daba pánico tirarnos por el nivel de ruleta rusa que tiene el lugar.
Aparece esta cuestión de VALORAR la posibilidad de ir al Colegio… pasa en algunas zonas de Argentina también, que hay niños que llegan en bote y van. Esos mismos niños son los que se preguntan cómo es que algunos niños no les gusta ir a la escuela.
Otro rincón es la tribu Huaca en el norte de Tailandia, no se bañan y es porque en el agua hay espíritus malignos…
Eugenio: Tratamos de averiguar el porqué, para ellos el agua es maligna porque en épocas de cólera los mataba. Motivo suficiente para pensar que el agua tiene malos espíritus. Me da curiosidad eso… todo tiene un porqué y más las supersticiones, aunque para ellos sea su realidad.
Salir de su zona de confort qué significa para ustedes, ¿en busca de qué van?
Culini: Personalmente olas, de chico salí a buscar olas, a descubrir, aprender, viajar. Todo depende de cuál sea tu zona de confort, la nuestra es genial porque nos movemos viajamos, hacemos lo que nos gusta, nunca estamos quietos, salimos a descubrir material para el programa. Por ejemplo si me voy de vacaciones familiares y veo que no estoy compartiendo lo que veo, me desespero!
Eugenio: Viajamos para fortalecer el corazón, como la canción de Lito Nebbia.
El ser humano comparándolo con un sistema operativo es como un disco rígido que va almacenando, obviamente con sentimientos y cada vez que recorres nuevos caminos alimentas a ese disco con experiencias para poder compartir con las personas que elegís.
Somos dos pibes de Mar del Plata que amamos lo que hacemos y que tenemos la posibilidad de poder vivir de lo que hacemos, con responsabilidad, amor y respeto para el que está del otro lado. Un programa pobre no es aquél que está grabado con un tel. sino el que carece de contenido… llegamos a Canal 13 con un VHS, sin las líneas de definición de calidad que exige el canal y aceptaron el casettito hecho por nosotros. La riqueza la da el contenido.
¿Qué extrañan de Argentina cuando se van?
Eugenio: LA FAMILIA! una vez que salís y te subiste al avión o al burro cambias el chip, si bien extrañamos mucho, la idea es no pensar tanto en eso. Ni hablar… los amigos, la cultura, siempre se extraña lo que no se tiene.
Culini: Se la pasa quejándose ja ja. Yo también a ¡la familia y los amigos!
Eugenio: SE COPIÓ! ja ja
Experiencias grabadas en el ADN
Eugenio: Hay un montón! todas las experiencias te quedan grabadas, un aroma cuando comes un plato de comida en argentina y decis “mmmm me hace acordar a la India porque tiene mazala”. Es una acumulación de datos y de experiencias que te van formando, todo te queda grabado. Sin ir tan lejos, acá no más en Bolivia, se practica un ritual extraordinario que se llama el Tinku. Fuimos al lugar donde se juntan 5.000 personas al año en un pueblo donde viven 300 -asique imaginate- a ese nivel ¡explota!. Con Culini dormimos en una iglesia para estar protegidos, porque se enfrentan a las trompadas y a los piedrazos dos comunidades que dicen que la sangre fertiliza más que el agua. El lugar es muy árido, está a 4.600 mts de altura en el norte de Potosí y no cae una gota de agua. Asique… si me preguntas cosas que me quedaron grabadas pienso en estos recuerdos que son experiencias lindas para compartir el día de mañana.
Todos los viajes te ayudan para acelerar procesos, te vas receteando. Eugenio
Hay personas inolvidables en todo el mundo… ¿cuál es ese personaje que van a recordar siempre?
Eugenio: Las personas son el recuerdo que acompaña la geografía. Se me vienen muchas caras… como Gopal un personaje de la India que nos llevó de onda a recorrer Varanasi, en el medio del Ganges. Me acuerdo también en los Arrozales un Balinés… ellos comen una especie de tabaco que se llama betel que les deja la boca roja, estábamos grabando ahí y se nos acerca uno con sus dientes rojos al grito de: “MMMM DDDD QQQQ”.
Las fotos nos ayudan a recordar para siempre un rostro, más allá de la experiencia. Culini
Eugenio: Estoy viendo en este momento un cuadro con las Mujeres Jirafas «MANA» me acuerdo de la situación y de su cara… las fotos te ayudan a recordar. Un destino va unido a un rostro, ya sea porque te tiró un salvavidas o buena onda y siempre te acordas de la gente, quizás no te acordas bien del nombre pero sabes que esa persona te dió una mano.
Culini: Me acuerdo en un templo en la India en Varanasi, filmamos a un tipo que nunca lo habían grabado y no lo podía creer cuando le mostrabamos su imagen en una pantallita.
¿Cuál fue el reto más grande al que se enfrentaron en un viaje de aventura?
Culini: Cuando fuimos a la Pororoca, un tsunami de río que significa “gran estruendo destructivo”, es un fenómeno que pasa cuando entra el equinoccio -que se alinean la tierra, la luna y el mar- suben todos los líquidos del planeta y el mar como es más grande, se mete en el río y quiere salir al mar pero como es más potente entra. Cuando se chocan las dos corrientes, hace una diferencia de mareas y se genera la Pororoca. Todo ese mar entrando trae troncos, cocodrilos, árboles, de todo… habíamos visto un surfista profesional que lo hizo en Brasil, con toda la producción que te imagines, helicópteros, etc. Y cuando lo vimos dijimos hay que hacerlo, pero a lo Argentino!. Encontramos a alguien que no sabíamos si nos hablaba en serio o nos jodía… y pensábamos “nooooo con este tenemos que meternos al Tsunami, ¡tamos al horno!”. El tema del pánico para los nativos es el mal. Cuando estábamos a punto de surfear esa ola tenía sensaciones únicas de ansiedad, miedo, ganas que nunca me había pasado.
Si vivimos momentos de tensión yendo a grabar otras cosas peligrosas como nadar con tiburones sin ser buzos o ir a bucear con el tiburón blanco en jaula sin ni siquiera hablar inglés. Cuando nos explicaron qué es lo que teníamos que hacer no entendimos nada!. Es una mezcla de rezo, agradecimiento, tensión, respeto, esas sensaciones son únicas.
Lo más extraño…
Eugenio: Lo más raro que vi en mi vida es mi hermano CULINI ja ja.
Venimos de una cultura que condiciona “lo raro”, sobre todo en las creencias. Hay un festival Chino vegetariano que se practica en Tailandia en donde ves gente que se atraviesa la cara de mejilla a mejilla con sables y hachas en la espalda. Es impresionante y no tiene lógica. Pero decir, ¡están locos! no podes… porque les estarías faltando el respeto. Lo que quiero decir es que acá no conozco mucha gente que se corta la cara por los dioses, quizás el Islam que se inmolan, pero hay muy pocos que den la vida para flagelarse, para mi no es necesario pero jamás les diría están equivocados.
¿Qué se siente estar por momentos completamente solos en algún lugar perdido sin civilización a la vista?
Eugenio: Me pasó en el Amazonas cuando acampamos o cuando fuimos a Tanzania y conocimos a los Bosquimanos, que hicimos una caminata y tuve miedo. En la selva hay animales salvajes, leones sueltos… hienas. Pero aprendes a sobrevivir, ya sea comiendo una rama de árbol, con el tiempo aprendimos a diferenciar plantas que son comestibles o que dan agua, asique miedo al hambre no nos da. Pero si, hay lugares que te dan miedo, un león que te puede aparecer o que la tribu a la que llegas, no le caigas bien y te atraviesan con una lanza.
¿Qué lugar del planeta les queda pendiente?
Culini: Me queda pendiente todo lo que no conocí…
Eugenio: Pegamos varias veces la vuelta al mundo, pero hay muchos lugares alucinantes pegados a los que ya fuiste. Nos pasó de conocer Truñan después de 4 veces de haber ido a Indonesia y no lo conocíamos. De casualidad nos enteramos, a veces no hace falta irse tan lejos para sorprenderse. Argentina es un lugar mágico que tenemos la suerte de conocer cada vez más. Fauna, geografía y la gente, no tiene nada que envidiarle a los destinos turísticos más conocidos del mundo.
¿Cuál es el mejor consejo que podés darle a un amante de los viajes?
Eugenio: Tratar de hacer lo posible para viajar ¡de la manera que sea!. Por Agencias de Viajes que es donde tenes que ir para asesorarte con personas que tienen la experiencia o por tu cuenta. Viajar es la experiencia más enriquecedora que existe y mi humilde consejo es que programes tu viaje, en primer lugar eligiendo qué es lo que tu alma y tu corazón te pide y después no importa cómo, tratá de llegar. Hay realidades obviamente… pero si te animás y sos aventurero, como decía un amigo que le faltaba una pierna y surfeaba olas gigantes: «Lo imposible está en la mente de los cómodos».
Culini: Cada uno viaja en busca de lo que le guste. De hecho, si vas a la India por ejemplo no vas a descansar porque es caótico pero vas a conocer y aprender cosas increíbles. Una de las cosas que sí me parece importante es el respeto, un extra para estar abierto a amoldarse al lugar y no la gente deba adaptarse a vos.