UN DESTINO POR DESCUBRIR
POLONIA
Si comenzamos nuestra visita por el norte de Polonia, lo primero que merece nuestra atención es Gdansk, ciudad que en varias ocasiones tuvo el honor de hospedar a los monarcas polacos. Su representativa calle Dluga, exponente de antiguas casas nobles de impresionantes fachadas, está flanqueada por dos de los edificios más representativos de la ciudad: la Puerta Dorada y la Puerta Verde. En el centro, otro de los símbolos es la fuente de Neptuno y a su espalda la Casa de Artus, basada en las ideas de la legendaria Mesa Redonda del Rey Arturo.
Cerca, pero ya en la región de Warmia y Masuria, está Frombork un lugar donde durante muchos años trabajó y también murió Copérnico. Precisamente la construcción más antigua de la ciudad es la archicatedral gótica y su palacio obispal que actualmente acoge el Museo de Copérnico. Para conocer dónde nació hay que ir a Torun, ciudad asentada sobre las dos orillas del Vístula, donde se exhibe la mayor concentración de arquitectura gótica de Polonia.
Varsovia, capital del país, está en la voivodía de Mazovia. Su casco antiguo, totalmente destruido durante la II Guerra Mundial, tuvo que ser reedificado pero hoy luce preciosos edificios meticulosamente restaurados. Podemos sentir el verdadero latir de la historia de esta ciudad paseando por su Camino Real y admirando alguno de sus cientos de monumentos como el Castillo Real, el Palacio de la isla del Parque Lazienki, el Palacio de Belvedere o el Palacio de Wilanów; recorrer sus callejones románticos, disfrutar del bullicio de sus dos plazas historicas (Rynek Stare Miasto y Rinek Nowe Miasto) y alternar en alguno de los numerosos restaurantes y cafeterías de las casas de vecindad burguesas.
Para seguir descubriendo monumentos de todas las épocas, la Plaza del Mercado o Rynek (la segunda más grande de Polonia después de la de Cracovia), sorprende con la exposición arquitectónica de estilos que van desde el Renacimiento hasta el siglo XX. La parte más atractiva es la que alberga la Casa del Sol de Oro, un edificio del barroco tardío y la Casa de los Siete Electores con pinturas del siglo XVII en su fachada. En las cercanías están las iglesias de Santa Isabel y Santa María Magdalena, así como los monumentos artísticos y la mayor parte de los museos más importantes.
Una de las partes más ricas en atractivos turísticos es la región de Malopolska o Polonia Menor al sur. En esta zona se puede disfrutar de la naturaleza en los parques nacionales de Ojcowski y Swietokrzyski, descender en balsa la garganta del Dunajec en el Parque Nacional de los Pienines, recorrer los laberintos subterráneos y capillas de la mundialmente famosa mina de sal de Wieliczka o las sorprendentes edificaciones que componen la Ruta de la Arquitectura de madera.
Entre todos los lugares visitables el número uno es Cracovia, la capital histórica y cultural de Polonia, una ciudad de más de mil años de historia en la que se contraponen el encanto de las antiguas y silenciosas callejuelas adoquinadas y sus incontables monumentos con fantásticos museos y cafeterías. Sus dos mayores atractivos son el castillo real de la colina de Wawel y la Plaza Mayor.
El castillo real y la catedral de Wawel constituyen una mezcla de estilos arquitectónicos, su capilla Zygmuntowska, obra maestra del arte renacentista es un punto imprescindible en toda excursión al igual que subir a su torre, donde se encuentra una de las campanas más grande de Polonia.
Otro lugar fascinante de la ciudad es Kazimierz, barrio judío que Spielberg llevó a la gran pantalla en La lista de Schindler. Aparentemente parece un lugar gris y vacío, un paseo entre sus callejones descuidados da la sensación que hay lugares que no han cambiado nada desde hace siglos mientras que en el interior de las casas hay hoteles de lujo y restaurantes de cocina judía.
Naturaleza, historia, cultura… diferentes rutas recorren el país mostrando todos sus atractivos. Al norte se conservan castillos construidos por los caballeros teutónicos. El más famoso es la fortaleza deMalbork. Al sur está la espectacular Szlak Orlich Gniazd «Ruta de Nidos de Águilas», formada por las ruinas de varias decenas de castillos como los de Bobolice, Mirów, Olsztyn, Tenczyn y Ogrodzieniec (esta última está considerada la ruina más bella de Polonia).
También son destacables los edificios de la arquitectura religiosa, con muestras de iglesias romano-católicas, ortodoxas, griego-católicas, protestantes, judías y bautistas. En Karpacz, por ejemplo, está la excepcional iglesia vangélico-augsburga de Wang, construida en el siglo XIII en Noruega y transportada en partes a Berlín y después hasta aquí. La iglesia de Bialowieza (en los límites de la selva del mismo nombre) es otro monumento de primera categoría.
Los museos al aire libre exponen la típica arquitectura popular de las distintas regiones del país. El Parque Etnográfico de la Región de Kaszuby, en el pueblo Wdzydze Kiszewskie, el Parque Etnográfico de la Gran Polonia cerca de Gniezno, Sierpc y Nowogród, situados en la región de Mazovia, el Parque Etnográfico de Orawa, en Zubrzyca Górna y el Museo de Arquitectura Popular (Sanok), el más grande de Polonia